Txt. Casandra Scaroni
Desde hace ya seis meses los porteños tienen la posibilidad de acceder a un cine que proyecta en
fílmico películas que, ya sea porque es imposible verlas demasiadas veces, o
porque son rarezas que nunca se han visto, resultan difíciles de rechazar. Con
una programación que se asemeja mucho a la del Malba, pero con la ventaja de
encontrarse en pleno centro, en el Sindicato de Operadores Cinematográficos (Viamonte 2045), los coleccionistas y programadores Fernando Martín Peña y Fabio
Manes dieron vida a la Filmoteca
en febrero de este año.
En
más de una ocasión, Fabio Manes ha declarado en entrevistas que el placer del
coleccionista es, no solo atesorar pequeñas joyas, sino poder compartirlas, y
ese es quizá el objetivo de esta especie
de cineclub que brinda la oportunidad de ver su colección en la pantalla grande
y sin dvd de por medio. Así fue como el fin de semana pasado, cuando Buenos Aires
fue el escenario de una tormenta atrás de la otra y de una lluvia tan constante
como molesta, la filmoteca fue de alguna manera casi como un refugio a donde
llegaban de a poco los persistentes que
no se resignaban a perderse la oportunidad de ver la primera película de Roman
Polansky, El cuchillo bajo el agua, la única película del director filmada en
su Polonia natal. Y no es pura exageración sentimental decir que obró como una
suerte de refugio, porque una alegría general daba la bienvenida a cada uno de
los que llegaban y sumaban público para la función, que precisaba un mínimo de diez personas para su reproducción.
Con una sensualidad que va creciendo de a
poco y con una incomodidad sutil, la opera prima de Polanski muestra el fin de
semana de una pareja de lo que se puede suponer como clase media polaca. El
tedio de dos que planean la diversión, un marido un poco machista e imperativo,
una chica aburrida y un chico que por un accidente en el que casi lo atropellan
en la ruta termina sumándose al paseo en velero de la pareja, son las piezas que el director
dispone para dar lugar a la tensión erótica, sí, pero también a una visión
crítica y un poco pesimista del matrimonio.
Pero no todo es infidelidad moderna en la
programación de la Filmoteca. Porque si bien en el mismo fin de semana se
exhibió Alphaville de Godard, también se pudo ver en la pantalla grande a los
geniales Monty Python en Los caballeros de la mesa cuadrada, con la que se
podría decir es la escena más cómica de la historia (la del conejo asesino).
También estuvo presente el terror de los 80 con Sam Raimi y su Noche alucinante 2, y Lynch con
esa fábula hermosa que es Corazón Salvaje y el a veces genial Nicholas Cage
(¿cómo no perdonarle todo los bodrios que hizo y hará después de ese final
arriba del auto cantando Love me tender?
).
Si bien la programación de la Filmoteca no se conoce
con mucha antelación (pueden darle Me Gusta a la página en Facebook para estar
al tanto ni bien sale), se puede confiar en que será muy difícil que
decepcione. Es que hay películas que por más que se puedan ver en casa, nunca
van a brillar y emocionar tanto como en el cine.
La programación del 23 al 26 de agosto puede verse acá.
Me encantó!
ResponderEliminar