Txt. Lucía Levy - @lululevy | Ph. Ezequiel Sambresqui | Ilust. Martín Piroyansky - @martinpiro

A los siete años su mamá lo llevo a su primera clase de teatro y desde entonces Martín actúa, disfruta y se divierte como cuando lo hacía en las obras del colegio. Desde chico también le gusta escribir cuentos e historias (y dibujar) y cuando terminó el secundario pensó en ser guionista. “De repente, alguien dirigió una historia que yo había escrito y vi cómo mi material se iba en manos extrañas y no me gustó mucho”, recuerda. Su ojo le decía que la cámara hubiese estado mejor de otra manera, que los planos no estaban como debían, y se dio cuenta que tenía que probar, tenía que animarse a dirigir. Y así fue como en 2008 grabó su primer corto, Semana Santa. “El actor siempre es como el cantante de la banda de rock, al que todos miran. Yo quería ver qué pasaba del otro lado”.
Nunca estudió, todo lo que sabe es por mirar y prestar atención en el set mientras los técnicos hacían lo suyo. “Voy probando, todo es un experimento. Al principio mi peor temor era ver si los planos pegaban, si sabría poner las cámaras”, reconoce. No me ama fue furor en las redes sociales, en YouTube lo vieron más de 140 mil curiosos, e incluso existe una versión con subtítulos en inglés. Nada mal para ser el segundo producto como director y guionista. Luego de pasar por festivales de cine independiente, y escapándole al ninguneo –“el corto es un género menor en este país, lamentablemente”-, Semana Santa y No me ama llegaron a la televisión, cuando fueron emitidos por I-Sat en abril de este año.
“El actor siempre es como el cantante de la banda de rock, al que todos miran. Yo quería ver qué pasaba del otro lado”
Sin proponérselo tocó una fibra de la gente con No me ama. “Yo hablaba de mí, pero de alguna manera todos somos una misma persona. Si sos genuino y te exponés, es muy probable que se identifiquen con lo que hacés. Todo nace de mi biografía, de mi historia”. El amor es su temática predilecta: “Es lo que más me conmueve en la vida, lo que más me modifica los estados de humor, me parece que esta bueno
hablar de eso”.

En la última edición del Bafici ganó en la categoría Mejor Actor por su protagónico en la película La Araña Vampiro de Gabriel Medina, algo que no se esperaba: “Es muy extraño que te premien. Cuando actúo en lo último que pienso es en recibir algo a cambio. El mejor premio es la continuidad laboral, que me llame un director y me diga que pensó en mí”.
Sigue escuchando a su intuición, la que le dice que sólo haga cosas que lo entretengan, como cuando era chico: “Siempre y cuando fuera un juego y me divirtiera, lo hacía. Si dejaba de divertirme, de pasarla bien, no iba más”. En eso está, divirtiéndose, probando ser director, escribiendo historias que nacen de la suya.
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