jueves, 10 de enero de 2013

De épicas y de escuela


Una y una: Cultra recomienda la enorme Cloud Atlas y la más íntima Escuela Normal.

Txt. Casandra Scaroni

La primera semana de este 2013 que despunta vino con algunos estrenos que parecen renovar un poco la fe en lo que los jueves de cada semana tienen para ofrecer. Por precipitado que parezca sacar conclusiones a esta altura, después de estar rodeados de Piñones fijos y otras delicias varias, tener estrenos muy buenos al mismo tiempo como lo son Escuela normal de Celina Murga y Cloud Atlas de los Wachowsky, entusiasma a cualquiera. 

Cloud Atlas es una película de esas que son más grandes que todo. Ambiciosa como pocas, cuenta 6 historias diferentes, y lo hace sin problemas. Si bien todas ocurren en épocas, y hasta en mundos distintos, tienen en común el romanticismo de los protagonistas. Pero que esto no se confunda con sentimentalismo, o como se ha dicho mucho, una visión zen del mundo. El romanticismo acá es una forma de resistencia, de pararse frente a un mundo que está más que gustoso de encasillar, y para eso los Wachowsky usan todo lo que tienen a mano: El policial americano de los 70, la ciencia ficción, un viaje en barco en tiempos anteriores a la guerra civil de Estados Unidos, más ciencia ficción pero con una especie de vikingos vengadores y sanguinarios con la cara de Hugh Grant desencajada, la eterna disputa entre ingleses y escoceses, etc. Todo este mejunje, que parece improbable que coexista, acá fluye y da lugar a una película que hace que se salga del cine con el corazón un poco más hinchado.


El otro estreno no es menos romántico. La película de Murga, que se presentó en el Bafici del año pasado, es un documental sobre la primera Escuela Normal del país, en Paraná, Entre Ríos, de la cual la directora fue alumna. También es una película llena de placer. Es que Celina Murga sabe cómo seguir a los protagonistas de un día cualquiera de escuela, y de a poco ir convirtiéndolos en personajes identificables: así se ve a la directora recorrer los pasillos al principio, controlar la asistencia de los profesores y cargar el jabón en los baños, o a los chicos recibir una devolución de trabajos prácticos. Está la chica más rebelde, que le discute a la profesora la manera en que corrigió los trabajos y a la que que después ve prepararse para las elecciones del centro de estudiantes. También sigue a la que va a ser su rival, la muestra argumentar en una clase de cívica que la iglesia no debería estar presente en la Constitución. Y si bien las elecciones, la preparación de los chicos y finalmente el día de la votación, son de algún modo el centro narrativo, el documental de Murga es mucho más que eso: es ver a los chicos formados a la mañana para izar la bandera con caras de sueño, los peinados de las chicas, las escaleras de ese edificio, las horas libres, las bombitas de agua y todo lo que significan los últimos días de clases.

Los horarios de Escuela Normal pueden verse acá y los de Cloud Atlas, acá



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