martes, 10 de abril de 2012

La vuelta al cine en 449 mundos

Este mes arranca el décimo cuarto Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y con él la oportunidad renovada y renovadora de mirar a través de otra lente.

Txt. Mijal Iastrebner - @mijebner 

Mañana, 11 de abril, comienza una nueva edición del festival, que se extenderá hasta el 22, y con ella vuelven todos los personajes folclóricos de la baficimanía: los hipsters con ganas de ser alguien, los que intentan completar con tildes sus grillas y cantar “basta para mi, basta para todos”, los too-cool-to-be-cool que están de vuelta de todo y van para llenarse de odio y tuitearlo elocuentemente, los colgados que no consiguen entradas, los que se toman el trabajo de comprarlas el primer día y se torran en el 90 por ciento de las ocasiones, los que van en el almuerzo a encontrarse con un amigo que no llega, los que se lucen en su cita de película, los que regalan entradas en la puerta porque no pueden quedarse a la función y los que van solo por la trasnoche y con cerveza en lugar de pochoclos. 

Variaciones sobre Alicia, de Florencia Aliberti
Found Footage - Alicia + Porno
No se trata ni de ponerse la camiseta del Bafici ni de centrarse sólo en las falencias del festival. En esta 14º edición hay de todo, buenas y malas noticias. La peor de todas es que aumentó la entrada general de 12 a 15 pesos y la de estudiantes y jubilados de 10 a 12. La mejor es que se sigue haciendo y continúa creciendo de a miles de espectadores por año. 

La novedad del 2012 es la incorporación de la sala Galileo Galilei del Planetario, donde se proyectarán lisérgicas películas en formato Fulldome, es decir, con un campo visual de 360 grados. La preferida del gobierno de la Ciudad –y ya repetitiva hasta el cansancio-, The Wall, de Pink Floyd, es una de las nueve obras que se verán en la sala redonda. Con esta incorporación y la del Teatro San Martín, se intenta suplir un poco el triste cierre de salas como la del Atlas de Santa Fé. Para ello, el director artístico del festival, Sergio Wolf, prometió en la conferencia de presentación, más “rotación” (se supone que serán más horarios, si eso es posible) de las películas y agregó que compensarán con las 1400 localidades del anfiteatro del Parque Centenario

El último Elvis, de Armando Bo
Este año, la función de apertura estará a cargo de El último Elvis, ópera prima de Armando Bo (nieto homónimo del mítico director argentino) que narra la historia de un imitador de Elvis y que fue estrenada en el reciente Festival de Sundance. Pero Armando Jr. no será el único de la familia presente en este Bafici, también se proyectará India, un film de 1960 que fue intensamente buscado por seguidores y coleccionistas de la dupla Bo-Sarli y cuya copia fue encontrada por los investigadores del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken en uno de sus depósitos. 

A pesar de la incorporación de nuevas secciones como La ley del deseo, Adolescencia, Álbum familiar, Imágenes paganas, Odiseas del Espacio (sobre arquitectura) y Trances, se mantendrán el resto de las categorías habituales. En Focos, se podrán ver las obras de artistas como Grant Gee, un ingles que trabajó en varias oportunidades con Radiohead, y Música ofrecerá una proyección del clásico Viaje a la Luna, de Meliés, a color y con la banda sonora en vivo del dúo electrónico francés Air. 
Otra de las novedades tiene que ver con la celebración de los 50 años de la Viennale. Su director, Hans Church, eligió al Bafici entre los cuatro festivales (los otros son el Jeonju de Corea, Indie Lisboa de Portugal y New York Film de Estados Unidos) con los que festejará proyectando cinco películas –una por cada década- significativas para ambos eventos. 

Masterplan, de Diego y Pablo Levy
En esta oportunidad, de los 449 films, 111 son argentinos -un número muy similar al festival anterior pero que ha pasado de 40 cortos y 70 largos a 52 cortos y 59 largos-, 14 estarán en competencia nacional (tres más que en la edición anterior), 3 en competencia internacional y 2 en la competencia Cine del Futuro. “Cada vez son más diversos los canales en los que se consume el cine y cada vez es más difícil sorprender a los espectadores, a los críticos y a los especialistas. Creo que este año tenemos un buen arsenal de directores muy diversos”, comentó Wolf y agregó que se ha superado la cantidad de películas en exhibición del año pasado. 

La realidad es que en todos los festivales del mundo hay aciertos y desaciertos y el de Buenos Aires no es la excepción. Pero la posibilidad de pensar el cine actual local e internacionalmente, de mirar la realidad del país y del mundo por una ventana distinta, de conocer nuevos directores, de volver a ver películas, de cambiar la pantalla de la computadora por la del cine y de pasar diez días con una excusa perfecta para juntarse con amigos o besarse a la luz del proyector, no tiene desperdicio. Se trata de dejarse sorprender o perder en el intento.

Esta nota salió en la quinta edición impresa de Cultra

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